jueves, 26 de mayo de 2011

Ekekomanía


Por: Karen Alexis Silva Ponce 
 
Fuente: http://tarotdenerea.blogspot.com/   

En estos tiempos difíciles ¿Quién no ha soñado encontrar aquella lámpara maravillosa que cumplirá sus deseos? Después de todo soñar no cuesta nada pero, por qué alejarnos de nuestro territorio, cuando nuestra mitología andina cuenta con un peculiar personaje, “el Ekeko” (del aimara: iqui), comúnmente representado en yeso o cerámica.
Aunque es conocido como dios de la fecundidad de origen aimara o colla, algunos afirman que era un hombre muy generoso, y que su llegada a los pueblos simbolizaba total alegría y abundancia. Otros indican que era una especie de consejero para la realeza Inca, pero de lo que sí estamos seguros es que se le atribuye toda clase de buena fortuna, ya que este pequeño hombre regordete, siempre con los brazos extendidos, de sonrisa amplia y complaciente, con bigote y chullo característico promete materializar tus deseos.
Para que el amigo ekeko haga nuestros  sueños realidad, debemos colocarle una replica en miniatura de lo que le pedimos, por ejemplo: carros, casas, maletas o pasaportes si queremos viajar, un gallo y una gallinas si buscamos pareja, billetes, etc (también conocido como alasitas) ¡Cuánto más cosas le pongamos al Ekeko, mejor!
Como siguiente paso encendemos un cigarrillo y lo colocamos en el agujero que nuestro ekeko tiene el la boca, así mientras el Ekeko fuma esta atrayendo a la realidad nuestros deseos. Se dice que cuando la ceniza del cigarrillo cae en el objeto, este se materializa, pero no hay que olvidar quitar el cigarrillo cuando este se haya consumido hasta la mitad y nunca apagarlo en el cenicero donde se coloca las alasitas, por último debemos encender una vela en forma de agradecimiento.
El Ekeko fue el secreto del éxito de nuestros antepasados. Esta costumbre no se ha perdido,  vive como amuleto y revive con fuerza cada fecha que inicia el año nuevo. Revivamos nuestras tradiciones, no  subestimemos el poder de influir en nuestros actos y objetivos. Esto es algo más que una simple superstición.

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